1. La
silueta y el peso vienen determinados genéticamente, no podemos luchar contra
ellos, tenemos que aceptarnos tal y como somos.
2. Tener
una buena alimentación es fundamental para concentrarse, memorizar, tener
resistencia, etc.
3. No hay una imagen ni una silueta ideal para
bailar. De hecho, el cuerpo de las mejores bailarinas ha cambiado a lo largo de
la historia.
4. Perder
peso no es sinónimo de bailar mejor y sí de debilidad, cansancio, agotamiento y
pérdida de capacidades. El conservatorio quiere que las personas estén en su
peso para rendir óptimamente.
5.
El
cuerpo en la danza es más que la suma de sus partes, es un instrumento de
expresión para el bailarín/a y para el coreógrafo/a. El cuerpo tiene que estar
en excelentes condiciones para trabajar, para que te puedas olvidar de él y
expresarte libremente desde dentro. Después de todo, cuando un bailarín o una
bailarina tiene una actuación memorable, no es por su cuerpo solo, es por lo
que es capaz de traer al escenario, el cuerpo y el alma.
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